Todos sabemos el invierno comienza con el solsticio, pero pocas veces nos paramos a pensar en qué consiste exactamente y qué historias se esconden tras él. Hoy quiero compartir contigo qué plantas mágicas son las protagonistas de esta fecha.

Todo lo que debes saber sobre el solsticio de invierno

Este viernes 21 de diciembre comenzará el invierno en el hemisferio norte. ¡Sí! parece mentira que en otros lugares del mundo la gente vaya ahora en bañador.

Aquí el solsticio de invierno, lo conocemos como la noche más larga del año. Un acontecimiento que sucede sólo cuando el sol está sobre el Trópico de Capricornio. Este año, tendrá lugar a las 23:23 horas, ni un minuto antes ni un minuto después.

El Sol está en el punto el más bajo del año. Es esta época siento debilidad por los paseos bajo los árboles con sus sombras eternas y sin hojas. Es un ambiente mágico. ¿A ti también te atrae este paisaje?

Y la buena noticia es que a partir de aquí los días empiezan a alargarse, el Sol gana poco a poco a la oscuridad y dirige sus pasos hacia la primavera.

¿Por qué es una fecha de celebración?

 Ha sido y sigue siendo una fecha mágica y de gran simbolismo en muchas culturas.

Las civilizaciones antiguas rigieron sus vidas por la luz del Sol y los meses fríos eran un desafío a la supervivencia. Se conmemoraba el renacer del Sol, la vuelta de la luz. La esperanza volvía al mundo y se hacían celebraciones y rituales de renovación.

Era el final de las cosechas, se comían los animales que habían criado durante el año, se bebía la cerveza y el vino que ya estaban fermentados. ¡La verdad es que no queda muy lejos de lo que hacemos ahora!

Las plantas mágicas y el solsticio de invierno

Para completar estas ceremonias, en Europa se utilizaban plantas mágicas y protectoras que ayudaban al Sol a abrirse paso en el invierno: el Acebo y el Muérdago. Plantas que siguen decorando nuestros hogares en Navidad.

El Muérdago

Los druidas celtas cortaban el Muérdago con una hoz de oro durante el solsticio de invierno. Era una planta mágica creada por los dioses, porque no pertenecía ni al cielo ni a la tierra. Sus raíces no tocan la tierra y tampoco se sostiene por sí mismo en el aire.

De ahí la costumbre de cortarlo sin permitir que caiga al suelo, para después colgarlo en la entrada de la casa o en el techo como amuleto protector y de fertilidad. Precisamente de aquí viene la tradición de besarse bajo el muérdago.

El Acebo

El Acebo era también un árbol sagrado, se consideraba un elemento de suerte y protección.

Una leyenda celta habla del Rey Roble y el Rey Acebo. El Rey Roble reinaba en la mitad cálida y luminosa del año, pero al llegar el frío iba perdiendo sus hojas. Y en el solsticio de invierno comenzaba el reinado del Rey Acebo, la parte más oscura del año.

El Acebo ha pasado a ser un icono del invierno, que aún adorna nuestras casas con sus frutos rojos y hojas espinosas, ya que sus ramas cortadas duran varias semanas sin perder su lustre y su color.

Dos bonitas historias de unas plantas muy especiales que forman parte de la decoración navideña de mi casa. Son tan inspiradoras que quizás pronto también formen parte de nuestro bosque de plata…  Y tú qué opinas ¿te gustaría que alguna de estas dos hojas formará parte de nuestro Bosque?