¡Por fin tengo mi tienda taller! Un lugar donde trabajar, donde recibir vuestras visitas y explicar en qué consiste mi trabajo. Y donde mostrar todas las joyas que van saliendo de mis manos.

Los comienzos

Todos los artesanos y emprendedores, cuando comenzamos con nuestro proyecto, solemos disponer muy pocos medios y nos acostumbramos a ir tirando con lo que tenemos.

Yo, como todos, comencé instalando mi pequeño taller de joyería en una habitación de mi casa, con las limitaciones propias de trabajar en el mismo lugar donde vives: no se puede hacer ruido a horas intempestivas, el trabajo se desborda irremediablemente al resto de las habitaciones, está limitado el uso de las sustancias químicas del taller… Y luego las propias del hogar, que te despistan fácilmente del trabajo. Era necesario un cambio.

Y el cambio llegó

Llevo ya 10 años formando parte de la Asociación de Artistas y Artesanos LoQueNosUne de Hoyo de Manzanares, mi pueblo. En esta asociación trabajamos muchos compañeros y compañeras de diversos oficios.

Con dos de estas compañeras y amigas, la ceramista Ana Rancés y la joyera Cibeles Bello, coincidimos en la necesidad de tener un taller fuera de casa para poder trabajar tranquilamente. Con muchísima ilusión decidimos unir fuerzas y conocimientos para poner en marcha nuestro proyecto común.

Después de muchos meses buscando el local ideal, por fin encontramos un lugar que reunía las condiciones perfectas para la idea que teníamos en la cabeza.

Fue muy emocionante diseñar el espacio desde cero, las tres teníamos muy claro la estética y funcionalidad que estábamos buscando y, milagrosamente, ¡coincidíamos en casi todo! No fue difícil ponernos de acuerdo.

Como nuestro presupuesto era más bien escaso, nos tocó ponernos el mono de trabajo y lanzarnos a pintar, lijar, cortar… Hicimos un verdadero trabajo de investigación buscando de segunda mano todo lo que necesitábamos. Además, nuestros amigos aprovecharon para hacer limpia en sus trasteros y darnos sus muebles antiguos, a los que dábamos una nueva vida con unos cuantos retoques. Siempre aparecía alguien por allí dispuesto a echar una mano, traernos un tentempié o entretenernos con su charla.

Workshopía, Espacio Creativo

Fueron dos meses de trabajo agotador pero tengo que reconocer que lo pasamos fenomenal. Y así nació Workshopía, Espacio Creativo. Un lugar lleno de luz y alegría, donde se respira arte.

Queremos que Workshopía se convierta en el sitio perfecto donde:

– Trabajar en nuestros talleres de joyería y cerámica.

Exponer nuestras obras y las de otros artistas de nuestro entorno.

– Establecer un punto de encuentro con nuestros clientes.

– Encontrar un regalo original y único o darte ese capricho que deseabas desde hace tiempo.

Aprender a expresarse a través del trabajo creativo y manual. Para ello, organizamos todos los meses cursos de cerámica y talleres artesanales.

En Workshopía fluye la creatividad en un ambiente colaborativo, cómodo y luminoso, que es perfecto para sacar adelante nuestros proyectos.  Además, es maravilloso poder compartir el espacio con mis dos compañeras, de las que aprendo a diario y con las que me divierto muchísimo.

Si te interesan estos contenidos puedes suscribirte a nuestra Newsletter